La línea aérea Qantas está en un momento delicado. Recientemente informó su primera pérdida neta desde que se llevo a cabo la privatización hace 17 años. La empresa tuvo que cancelar la compra de 35 aviones Boeing 787 Dreamliner para reducir costos, y no hay perspectiva de mejora.
Ya en junio los estudios auguraban una caída cercana al 90% de los beneficios brutos. En lo que va del año ya suman 203,5 millones de euros en pérdidas frente a las ganancias de 208,5 millones de 2011, una noticia pésima para la compañía.
Los motivos principales incluyen el alto precio del combustible para los aviones, la competencia en el sector que está haciéndose cada vez más compleja y los gastos relacionados con conflictos laborales con diferentes colectivos.
Las pérdidas del negocio internacional de Qantas ascienden a 374 millones mientras que en las rutas domésticas se registran ganancias cercanas a los 500 millones de euros pero sin las quitas por impuestos e intereses.
Qantas tiene actualmente 308 aviones y el pedido de 35 nuevas aeronaves pasará a estar postergado por 2 años según especificaron desde la directiva de la empresa.
El pedido que sigue en pie es el de 15 Boeing 787-8 para la filial JetStar que llegarán a fines de 2012.
Fuente: Businesstimes